El matrimonio sigue siendo una
institución universal, pero sus características y objetivos se han modificado con el paso del
tiempo. El comportamiento sexual de muchos jóvenes no implica necesariamente un
compromiso matrimonial. A medida que se pasa de una economía agraria a una
economía industrial y que la mujer se incorpora activamente al trabajo, la
justificación económica del matrimonio y de la familia ha perdido relevancia.
En
nuestra sociedad actual existen tres razones fundamentales para casarse:
o El
amor.
o La
búsqueda de compañía.
o La
satisfacción de expectativas previas.
Las parejas esperan obtener ciertos
beneficios de la pareja, cuentan con que el matrimonio les va a satisfacer casi
todas las necesidades psicológicas.
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